RESTAURACIÓN Y CONSERVACIÓN DEL RECINTO INFERIOR DEL PALACIO DE Ibn MARDANIS (CASTILLEJO DE MONTEAGUDO, MURCIA).

EL CASTILLEJO DE MONTEAGUDO

El palacio del Castillejo se ubica en la pedanía de Monteagudo, dentro del término municipal de Murcia y a 5 kilómetros al noreste de la capital. Presenta una posición privilegiada, debido principalmente a su localización sobre una pequeña altura sobre la que se controla todo su entorno.

Se trata de un gran palacio fortificado de recreo de origen andalusí, asociado a la figura del emir Ibn Mardanis, el conocido como “Rey Lobo”. De planta rectangular, con torres poco salientes muy próximas entre sí y torres dobles reentrantes en las esquinas, el edificio se organiza en dos recintos: el Recinto Superior y el Recinto Inferior.

El Recinto Superior poseía un amplio patio rectangular de crucero, y estaría dividido por un andén en forma de cruz con dos albercas adosadas a los lados menores, que seguramente estaba decorado con yeserías y pintura mural. Alrededor de éste se encontraban las distintas dependencias. Toda esta información la sabemos gracias a la excavación realizada por Andrés Sobejano Alcayna entre los años 1924 y 1925, ya que, desafortunadamente, en la actualidad el patio se encuentra perdido en gran parte por la construcción de una balsa de riego.

En cuanto al Recinto Inferior, es el gran desconocido al no haber sido excavado nunca y haberse interpretado siempre como un elemento auxiliar de la construcción superior. Solamente el muro perimetral de este recinto y las torres perimetrales que se anexan a él bordeándolo son las únicas estructuras bien documentadas. En la intervención arqueológica que se está realizando actualmente se pretende obtener algo de información acerca del uso que tendría este espacio.

Aun a falta de conocer más acerca del espacio del Recinto Inferior, lo que sí sabemos del Castillejo de Monteagudo es que se trataría de un verdadero complejo, constituido por una gran explotación de carácter agrícola, que incluía también todo un sistema hidráulico de acequias, albercas y acueductos; pero también tenía un fuerte carácter palacial, representativo y de recreo, lo que muestra el grado de refinamiento y lujo que alcanzó la corte del “Rey Lobo”.

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