El recinto inferior del Castillejo de Monteagudo va poco a poco volviendo a la vida. Hace dos meses, y tras cien años en silencio, los restauradores y arqueólogos regresaron al palacio de recreo de Ibn Mardanis, más conocido como el Rey Lobo, en la pedanía de Monteagudo, a escasos metros del Castillo. Declarado Monumento Nacional en 1931, este recinto andalusí forma parte de un conjunto más amplio de restos de la época dorada árabe en tierras murcianas, recogidas en las llamadas Fortalezas del Rey Lobo. Abarcan las pedanías de Cabezo de Torres y Monteagudo y ocupan en total 1,5 millones de metros cuadrados.
Las primeras excavaciones las llevó a cabo Andrés Sobejano en 1924, momento en el que se puso al descubierto la planta del edificio y diversos elementos arquitectónicos, así como un conjunto de yeserías estilísticamente homogéneo. No queda, sin embargo, ninguna memora técnica sobre esos trabajos.
El alcalde de Murcia, José Ballesta, acompañado por parte de su equipo, visitó este miércoles las obras, que están centradas, en una primera fase, en las excavaciones arqueológicas, a las que seguirán las de consolidación y restauración de los muros y perímetros de las torres del recinto inferior (las superiores y las inferiores), y, por último, el acondicionamiento de los accesos al palacio y la construcción del mirador que mostrará, en altura, las vistas del oeste del municipio.
«He querido que la primera visita de mi nuevo mandato sea al enclave histórico de Monteagudo, cuna de ‘Las Fortalezas del Rey Lobo’ y que presenta joyas que deben ser puestas en valor», apuntó Ballesta tras recordar, además, que este enclave guarda un recuerdo especial para él: aquí hizo la última visita como alcalde antes de la moción de censura de marzo de 2021. Ballesta recordó que el Castillejo forma parte de uno de los proyectos estratégicos sobre revalorización del patrimonio municipal que pondrá en marcha esta legislatura.
Aún con 16 meses por delante (el proyecto concluye en septiembre de 2024), los trabajos se vieron ralentizados por las dos semanas de lluvias intensas de mayo. La inversión total es de 1,2 millones de los que dos tercios los aporta el Ministerio de Transportes a través del 1,5% cultural.
Tanto la arqueóloga municipal, Carmen Martínez, como la directora de la excavación, Eva Millán, explicaron ayer que las torres superiores del recinto están huecas y mejor conservadas porque tenían varios usos, como el almacenaje. Las inferiores, más macizas, están en peor estado.
En estos dos meses, se han recuperado restos cerámicos, ladrillos originales (que podrán reutilizarse) y fragmentos de una inscripción: Al-yumm (prosperidad), que forma parte de la que suele hallarse en los palacios del Rey Lobo: Al-yumm wa al-iqbal (La felicidad, la prosperidad).